قُلۡ أَعُوذُ بِرَبِّ ٱلنَّاسِ
Di (¡oh, Muhammad!): «Busco refugio en el Señor de los hombres,
Tarayya :
مَلِكِ ٱلنَّاسِ
»en el Soberano de los hombres,
إِلَٰهِ ٱلنَّاسِ
»en la única divinidad (verdadera) que tienen los hombres,
مِن شَرِّ ٱلۡوَسۡوَاسِ ٱلۡخَنَّاسِ
»de la maldad del susurrador que huye (cuando el nombre de Al-lah es mencionado)
ٱلَّذِي يُوَسۡوِسُ فِي صُدُورِ ٱلنَّاسِ
»y susurra (el mal) en el corazón de los hombres,
مِنَ ٱلۡجِنَّةِ وَٱلنَّاسِ
»ya pertenezca a los yinn o a los hombres».