(Ayunad) durante unos días determinados (el mes de ramadán). Pero si uno de vosotros está enfermo o de viaje (y no ayuna), deberá compensar esos días ayunándolos más tarde. Y aquellos a quienes el ayuno les suponga una gran dificultad (y no ayunen, como el anciano o el enfermo crónico que no espera restablecerse), tendrán que alimentar a un pobre por día no ayunado como compensación. Y si alguien es generoso de manera voluntaria (en la compensación), será mejor para él; pero ayunar es mejor (que no hacerlo y compensarlo alimentando a los pobres), si supierais.
Y realizad las peregrinaciones del hajj y del ‘umrah sinceramente por Al-lah. Pero si algo os impidiera completarlas (tras haber manifestado vuestra intención de hacerlo), sacrificad el animal que podáis (un camello, una vaca, una cabra o una oveja) como ofrenda. No os afeitéis la cabeza (acción que se lleva a cabo para poner fin al estado de consagración[1] con el que deben realizarse ambas peregrinaciones) hasta que el animal llegue al lugar del sacrificio. Y si uno de vosotros estuviera enfermo o padeciera un problema en el cuero cabelludo (y, por ello, tuviese que rasurarse antes la cabeza), que compense (el haberse afeitado antes de tiempo) con (tres) días de ayuno o bien con comida para (seis) pobres o bien con el sacrificio de un animal (un camello, una vaca, una cabra o una oveja). Y cuando os sintáis seguros y podáis completar los ritos sin temor, aquel que realice la peregrinación del ‘umrah y del hajj (con una interrupción entre ambas peregrinaciones) que sacrifique el animal que pueda (de entre los mencionados anteriormente) como ofrenda; y quien no tenga los medios para hacerlo que ayune tres días durante la peregrinación y siete a su regreso: diez días en total. Esta (combinación de las dos peregrinaciones con la debida ofrenda o el ayuno correspondiente) es para el peregrino que no habita en las proximidades de la Mezquita Sagrada. Temed a Al-lah y sabed que Su castigo es severo.
1- Antes de realizar las peregrinaciones del hajj o del ‘umrah, el peregrino debe entran en el estado de consagración o ihram en uno de los puntos designados para ello (o miqat) cercanos a la ciudad de La Meca. Para entrar en dicho estado se pronuncia en voz alta la intención de realizar la peregrinación y, a partir de dicho momento, el hombre no debe vestir ninguna prenda cosida (por lo que viste dos toallas o dos sábanas que no estén bordadas; mientras que la mujer no debe usar guantes ni cubrirse el rostro con un niqab) y se le prohíben diversas acciones como: cortarse el pelo o las uñas, ponerse perfume, mantener relaciones sexuales, pelearse, cazar, etc. Una vez acabados los ritos, se sale de dicho estado cortándose el pelo o afeitándose la cabeza (esto último solo en el caso del hombre). El incumplimiento de las prohibiciones mencionadas puede invalidar la peregrinación.
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Sourate:
AS-SĀFFAT
Verset : 107
وَفَدَيۡنَٰهُ بِذِبۡحٍ عَظِيمٖ
Y salvamos (a su hijo) mediante un espléndido sacrificio (el de un carnero)[1].
1- Pues Al-lah ordenó a Abraham sacrificar un carnero en su lugar.