وَجَعَلۡنَا بَيۡنَهُمۡ وَبَيۡنَ ٱلۡقُرَى ٱلَّتِي بَٰرَكۡنَا فِيهَا قُرٗى ظَٰهِرَةٗ وَقَدَّرۡنَا فِيهَا ٱلسَّيۡرَۖ سِيرُواْ فِيهَا لَيَالِيَ وَأَيَّامًا ءَامِنِينَ
Y habíamos ubicado entre ellos (en el Yemen) y entre las ciudades que habíamos bendecido (en la Gran Siria) otras poblaciones cercanas entre sí para facilitar sus viajes. (Les dijimos:) “¡Viajen por esas poblaciones de noche y de día sin nada qué temer!”.
فَقَالُواْ رَبَّنَا بَٰعِدۡ بَيۡنَ أَسۡفَارِنَا وَظَلَمُوٓاْ أَنفُسَهُمۡ فَجَعَلۡنَٰهُمۡ أَحَادِيثَ وَمَزَّقۡنَٰهُمۡ كُلَّ مُمَزَّقٍۚ إِنَّ فِي ذَٰلِكَ لَأٓيَٰتٖ لِّكُلِّ صَبَّارٖ شَكُورٖ
No obstante, dijeron: “¡Señor!, aumenta la distancia entre las etapas de nuestros viajes”[1]. Y fueron injustos consigo mismos, e hicimos que se convirtieran en historia para la posteridad y los dispersamos por la tierra. Ciertamente, en lo que hemos contado hay una lección para quienes son pacientes (en la adversidad) y agradecidos (con las bendiciones que les han sido concedidas).
1- Las poblaciones que Al-lah había ubicado antes de su lugar de destino les permitían descansar y que sus viajes se les hicieran menos pesados; no obstante, ellos, debido a su prepotencia y arrogancia, se comportaron con ingratitud pidiéndole a Al-lah que no facilitara sus viajes ni los acortara.
وَلَقَدۡ صَدَّقَ عَلَيۡهِمۡ إِبۡلِيسُ ظَنَّهُۥ فَٱتَّبَعُوهُ إِلَّا فَرِيقٗا مِّنَ ٱلۡمُؤۡمِنِينَ
Y, ciertamente, lo que Iblis pensaba (de quienes rechazan la verdad) se confirmó, y estos lo siguieron, con la excepción de un grupo de creyentes.
وَمَا كَانَ لَهُۥ عَلَيۡهِم مِّن سُلۡطَٰنٍ إِلَّا لِنَعۡلَمَ مَن يُؤۡمِنُ بِٱلۡأٓخِرَةِ مِمَّنۡ هُوَ مِنۡهَا فِي شَكّٖۗ وَرَبُّكَ عَلَىٰ كُلِّ شَيۡءٍ حَفِيظٞ
Y no tenía autoridad sobre ellos, salvo para que (Al-lah los pusiese a prueba y) se evidenciara quiénes creían verdaderamente en la otra vida y quiénes dudaban sobre ella. Y tu Señor observa y registra todas las cosas.
قُلِ ٱدۡعُواْ ٱلَّذِينَ زَعَمۡتُم مِّن دُونِ ٱللَّهِ لَا يَمۡلِكُونَ مِثۡقَالَ ذَرَّةٖ فِي ٱلسَّمَٰوَٰتِ وَلَا فِي ٱلۡأَرۡضِ وَمَا لَهُمۡ فِيهِمَا مِن شِرۡكٖ وَمَا لَهُۥ مِنۡهُم مِّن ظَهِيرٖ
Diles (¡oh, Muhammad!): “Invoquen a las divinidades que dicen tener fuera de Al-lah. No poseen ni una pequeña partícula de los cielos ni de la tierra, no tienen parte en el dominio de estos ni tiene Al-lah en ellos ningún ayudante”.
وَلَا تَنفَعُ ٱلشَّفَٰعَةُ عِندَهُۥٓ إِلَّا لِمَنۡ أَذِنَ لَهُۥۚ حَتَّىٰٓ إِذَا فُزِّعَ عَن قُلُوبِهِمۡ قَالُواْ مَاذَا قَالَ رَبُّكُمۡۖ قَالُواْ ٱلۡحَقَّۖ وَهُوَ ٱلۡعَلِيُّ ٱلۡكَبِيرُ
Y ninguna intercesión ante Al-lah será de beneficio, salvo (la de quien Él quiera y) en favor de quien Él permita[1]. Y cuando el miedo (que hace sobrecoger a los ángeles al escuchar en el cielo la palabra de Al-lah) abandona sus corazones, estos se preguntan entre ellos: “¿Qué ha dicho nuestro Señor?”. Y unos contestan: “La verdad, y Él es el Excelso, el más Grande”.
1- Solo los ángeles, los profetas y los virtuosos podrán interceder, con el permiso de Al-lah, por aquellos con quienes Al-lah esté complacido; y los ídolos y las falsas divinidades que adoran los idólatras no tienen ningún poder de intercesión y no les serán de ningún beneficio el Día de la Resurrección.