Y cuando el miedo de Abraham se disipó y recibió la buena noticia (de su futura descendencia), se puso a discutir a favor del pueblo de Lot.
Ciertamente, Abraham era paciente y tolerante, invocaba mucho a su Señor y siempre se volvía a Él en arrepentimiento.
(Los ángeles) le dijeron: «¡Abraham, desiste de defenderlos! Ya ha llegado el decreto de tu Señor y recibirán un castigo irrevocable».